Duraznos congelados

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Libertad de expresión de rostro completo.

Ilustración de un búho comunicándose, con un verso sobre el ixmati.
“Ixmati”, según el libro Intraducibles. Verso por Irma Pineda de Santiago, ilustración por Gilberto Carbajal.

Ya llevaba casi un mes sin escribir. Mucho más tiempo sin escribir aquí.

Estaba enfocada más bien en mi newsletter de Substack, tratando de crackear el código a veces, o solamente existir la mayor parte de las veces. Una vez a la semana, a la quincena, al mes.

Pero las cosas por allá no andan tan padres. Últimamente han traído problemas con la quesque libertad de expresión.

Dejan que la gente más deleznable tenga sus portales ahí. No solo eso, sino que los promocionan “por accidente”. Gente que habla de odio explícitamente. De genocidio, eugenesia, limitaciones de quién es quién y quién vale la pena. Los dueños no han hecho mucho, porque según ellos, los usuarios están en su derecho de hablar de lo que quieran. “Libre expresión absoluta”.

Aunque ni tan absoluta, porque sí suspendieron a un poeta palestino. Mosab Abu Toha, ganador del premio Pulitzer. Poco después le devolvieron la cuenta, pero si pueden hacerle estos desplantes a un autor de renombre (lo que sea que eso signifique hoy en día), ya nadie está seguro.

Si somos libres para hablar de odio y división, pero somos censurados por hablar de amor e igualdad, entonces no somos libres.

Y yo quiero ser libre.

Ah, y de pasada, se deshicieron de su categoría de “poesía”. Y yo escribo poesía, así que no hay sopa para mí.

Por eso he vuelto aquí. Hazlo por Ella ahora vive aquí. Aquí también vive mi portafolio. El “profesional” y el vocacional. Tanto el copywriting, el periodismo y la traducción como la creación, la presentación y la facilitación.

También aquí vive Tierra Madre, mi proyecto de lectura de cartas y oficio de ceremonias holísticas.

¿Por qué tanto mugrero en un solo sitio? Porque contengo multitudes.

Hace semanas, mi amiga Caro me contaba sobre la idea del rostro como algo completo e íntegro. Más allá de las máscaras y de las “personas” que mostramos según la ocasión. Cuando mostramos el rostro completo, nos mostramos tal y como somos. Con nuestras facetas, talentos, circunstancias, historias de vida, futuros potenciales y presentes orgullosos.

Los náhuatl le llaman ixmati, o “conocer el rostro”, a los procesos y niveles de adquisición, socialización, y construcción de conocimientos que se adquieren en espacios comunitarios. Como un taller, una reunión, un convivio o una asamblea.

Pienso también que en una plataforma web se puede promover el ixmati. A fin de cuentas, es un espacio público. Mi espacio público. Y si tanto me gusta la libertad de expresión, en este espacio quiero expresarme libremente. De rostro completo.

Promover el odio, por supuesto, no es libre expresión. Es una cárcel en sí. Un encierro bajo el que guardamos al otro para privarlo de su dignidad humana, y bajo el cual nos guardamos de pasada a nosotros mismos para privarnos de la nuestra. Privarnos de la oportunidad de conocer y conocernos. De vivir y dejar vivir.

Así que aquí ando y andamos. Estaré publicando de ahora en adelante acá cada vez que pueda. Estoy transfiriendo a los suscriptores de allá para acá y veré como hacerle para que las entradas puedan llegar también como lista de correos.

Voy a estar traduciendo el contenido también al inglés, actualizando y revisando viejas entradas, y subiendo contenido más multimedia, calendarios para eventos, tiendita, etc. sin prisa, pero sin pausa.

Así como diría mi pequeña webmaster interna:

Nota de la webmaster
(o sea, yo)

Esta página, así como todo el sitio, está en constante desarrollo. Pronto pondré traducciones, calendario de eventos, videos de presentaciones, reseñas/testimoniales, tienda y más.

Cómo me encanta esa blusa. Quién sabe dónde esté ahora. Jeje.


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